Nadie dijo, nada. Todos sabian lo que hacer. La mar estaba llena de emociones directas, que prendieron los fuego del espiritu.
Borbotando, como perpetuos, en tonadas mundanas y simples. Llenas de aloica Tranquilidad que alivianaba nuestras tensiones y nos sumergia en un Trance atonito y directo. La valvula se destapo y salieron nuestros cuerpos volatiles, haciendo muecas de total humildad.
La musica se acaparo del ambiente y los dedos, las manos, los ojos. No paraban de moverse al ritmo constante y alocado de esos seres poseidos por algo mayor, que no se llama dios, ni buda ni otro que se asemeje.
La energia estaba buena, se navegaba la nota y los tulipes saltaban y bailaban a ese son.